¿Es posible cambiar el mundo a través de la educación online?

Descubre Whetu y cómo estamos cambiando el mundo explotando el nuevo paradigma educativo: la educación online. ¿Qué piensas de esta transformación? ¿Te sumas?

¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Quiéres saber sobre nosotros? Pues esto es lo que somos y lo que pensamos.

La relación entre poder y educación suele ser directamente proporcional. Los más educados suelen gozar de más poder. Históricamente, el poder y, consecuentemente, el dictado de las soluciones a los problemas colectivos pertenecía a los pocos educados. El resto no podía intervenir, y no sabía cómo.

La difusión de la educación y la desconcentración del poder fueron transitando caminos paralelos. Mientras más educado estaba el público, las personas ya no se conformaban con asentir a decisiones ajenas. Ese es, básicamente, el despertar de las democracias. ¿Por qué pagar impuestos, por qué pelear en las guerras sin tener voz ni voto, si a fin de cuentas sabemos lo suficiente para gobernarnos?

El crecimiento de la democracia en el mundo ha sido imparable. El de la educación, también. El porcentaje de países no libres disminuyó en el mundo de casi un 50% en 1972 a un 25% en 2013[1]. Hoy son democráticos 123 países de 192[2]. El crecimiento de la educación ha sido también notable. El grado de alfabetismo entre jóvenes de 15 a 24 años creció desde un 83% a un 91% entre 1990 y 2015. La cantidad de población con educación superior ha subido del 14% al 32% en solo dos décadas, de 1992 al 2012. La educación se ha universalizado, el poder para solucionar problemas. Sin embargo:

  • 836 millones de personas viven en condiciones de pobreza extrema,
  • 202 millones de personas están sin trabajo,
  • 1 de cada 5 personas no tiene acceso a electricidad
  • 1 de cada 9 personas está malnutrida,
  • Cada día mueren 1,000 niños por infecciones transmitidas en agua contaminada

La democracia actual está diseñada para el siglo XVIII. Gobiernos que tienen a representantes del pueblo, en los que las personas delegan todo su poder, casi sin otro control que elecciones lejanas en el tiempo. ¿Por qué seguimos con estos problemas, si tenemos la tecnología para decidir y encontrar las soluciones nosotros mismos? La respuesta del sistema tradicional es siempre parecida: son problemas complejos, no los pueden resolver el común de las personas.

En Whetu pensamos que los problemas colectivos, como la pobreza, malnutrición, desempleo, o polución ambiental pueden ser resueltos de mejor manera si todas las personas se involucran, toman decisiones y actúan desde su lugar en la sociedad y en su comunidad. El mundo debe ver una nueva generación de solucionadores de problemas colectivos. ¿Por qué delegar al gobierno, si podemos hacerlo nosotros?

Whetu es un vehículo para resolver los problemas más complejos de manera colectiva, en el que todos y cada uno de nosotros puede realmente ser agente de cambio.

Facilitar la provisión de educación de altísima calidad a muy bajo costo en temas de interés público y resolución de problemas colectivos, tanto a quienes toman decisiones como a ciudadanos en general, y así contribuir a resolver problemas de interés público.

 

Conócenos en profundidad

 

En Whetu, tenemos dos objetivos principales:

  1. Cualquier persona pueda educarse en temas de interés común y sea capaz de solucionar problemas colectivos desde su lugar en la sociedad y comunidad.
  2. Cualquier experto de acreditada solvencia pueda compartir sus conocimientos con cualquier persona interesada.

Así, a través de la educación incrementar la libertad e igualdad de oportunidades para todos, sin importar su ubicación geográfica o su capacidad económica.

Además, dos conceptos claves para entendernos:

  1. Emprendedurismo: Whetu quiere generar una colectividad global de “resolvedores de problemas”.
  2. Guiado por una misión: Whetu viene a despertar la conciencia de que a través de la colaboración en la resolución de los problemas colectivos, todos podemos mejorar el mundo.

 

El e-Learning como nuevo paradigma educativo

 

La formación académica del hombre tiene manifestaciones palpables incluso desde la Antigüedad Clásica. Sócrates disertando en los espacios públicos, interpelando a los jóvenes a razonar más allá de las preconcepciones que traían de su crianza; Platón en su Academia, cristalizando el pensamiento del maestro a sus discípulos, entre los que se encontraba Aristóteles; y más tarde él y su liceo, los peripatéticos, todo un legado de saber que hasta el día de hoy sigue formando parte de nuestra cultura. Y cada vez más educación, siglo tras siglo.

El desarrollo de la educación a través de la historia nos da cuenta de que estamos en presencia de una vastísima área del desenvolvimiento del ser humano. Tenemos sed de saber, necesitamos explicarnos las cosas, comprender los fenómenos, encontrar respuesta a las múltiples preguntas que se suscitan continuamente en nosotros. Descubrimos y aprendemos, nos construimos y deconstruimos en cada proceso de intercambio con nuestros pares. Y, sobre todo, nos relacionamos mejor con el mundo, cuando lo conocemos.

Los modos de enseñanza de los clásicos siguen implementándose en la actualidad y las instituciones de educación superior no son la excepción a esta tradición. Sin embargo, estos espacios se constituyen también como uno de los escenarios –quizás el principal –de una nueva práctica: el e-learning.

La evolución vertiginosa de las tecnologías de la información y la comunicación nos desafía día a día a acrecentar nuestras capacidades y generar nuevas adaptaciones al medio que nos rodea. En cuanto a la educación superior, es necesario decidirnos completamente por las nuevas dimensiones que va adquiriendo a partir de las transformaciones culturales que trae la incorporación a la vida cotidiana de tantas y tan diversas tecnologías. Se trata de poner en valor todas las ventajas que el e-learning supone para adentrarnos en ese mundo virtual sin prejuicios y entonces sacarle el mejor provecho.

Somos la generación que experimenta en carne propia los cambios de paradigma en las formas de enseñanza y aprendizaje. Y resiliencia y proactividad, dos palabras que recientemente se incorporaron a nuestro vocabulario, son probablemente las actitudes a adoptar frente a este fenómeno.

Para convencernos aún más, entre las ventajas del e-learning encontramos la realización asincrónica del aprendizaje, que permite que el estudiante elija el momento que cree conveniente para llevarlo a cabo; hasta un 60% de mayor retención del conocimiento frente a un 10% del aprendizaje presencial –según The Research Institute of America –; y el estudio de cinco veces más material, sin incrementar el tiempo invertido. Por otro lado, Ambient Insight, consultora especializada en e-learning, sostiene que América Latina fue la región con más crecimiento del e-learning en 2016, con más de 115 proveedores. Tendencia que evidencia que esta práctica está en su auge.

Hoy, los razonamientos de Sócrates –registrados por Platón –son asequibles a miles de personas cada hora, logrando un alcance de seguro insospechado para el filósofo griego. Estos conocimientos, como así muchos otros de nuestro interés, están a nuestra disposición, en cualquier momento del día, desde la virtualidad.

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