A partir de las numerosas y reiteradas acusaciones al famoso productor de Hollywood Harvey Weinstein –que incluyó nombres como Gwyneth Paltrow y Angelina Jolie –, la actriz y activista Alyssa Milano popularizó en twitter el hashtag #MeToo.
La intención de Milano fue que todas aquellas mujeres que hubieran sido víctimas de acoso sexual pudieran alzar la voz y dar a conocer su historia, para que el mundo tomara conciencia de la magnitud del problema.
En pocos días, la propuesta tomó dimensión mundial y miles de personas de una diversidad de países se unieron al movimiento y compartieron su historia. El 15 de octubre fue la fecha de lanzamiento de la iniciativa y ese mismo día la frase alcanzó 200.000 reproducciones. Mientras que en Facebook casi 5 millones de personas se pronunciaron al respecto durante las primeras 24 horas.
Hoy, la situación de violencia sexual contra las mujeres es un tema sobre el cual se han pronunciado muchos artistas de la industria del cine y que se ha hecho eco también en la música, la televisión y el teatro, sin dejar de lado el mundo de la política.
Como en otros casos de movilización social, las redes sociales permitieron visibilizar una patología de la sociedad y poner el foco de atención sobre ella; a la vez que los más prestigiosos medios masivos de comunicación reprodujeron la noticia y le dieron un carácter trascendental.
La campaña #MeToo es un claro ejemplo de que tenemos el poder de transformar la realidad en nuestras manos. El cambio puede empezar con dos palabras tan simples como YO TAMBIÉN.
Si bien el hashtag fue popularizado en 2017, Tarana Burke inició el movimiento en 2006. Explora los orígenes del movimiento #MeToo y qué cosas concretas deben cambiar para ayudar a las víctimas y prevenir los casos de agresión sexual.