Conocida con el nombre de “Rosie, the riveter” (Rosie, la remachadora) y replicada por diferentes artistas y figuras públicas, el cartel ilustra a una joven con un pañuelo rojo en su cabeza enseñando un musculoso brazo acompañado de la frase “We can do it” o en español ¡Podemos hacerlo!. A partir de su difusión masiva se la ha vinculado como emblema del movimiento feminista, aunque sus orígenes están lejos de una iniciativa genuina por la igualdad.
Durante la segunda guerra mundial, la fuerza laboral masculina se vio forzada a abandonar sus puestos de trabajo para luchar en el frente. Esto suponía una gran dificultad para la maquinaria de guerra, que debía seguir produciendo armamentos, aviones y demás implementos para sostener una contienda que se alargaba en el tiempo. En este marco el gobierno estadounidense y la compañía Westinghouse Electric, solicitaron al diseñador J. Howard Miller un póster destinado a “levantar la moral de las trabajadoras” que se incorporaban a la industria.
En este punto es donde surgen algunas divergencias… ¿Cuál era el objetivo real de la ilustración? ¿motivar a las mujeres para contribuir a la guerra? ¿reivindicar su papel en la sociedad norteamericana en un contexto bélico? La realidad es que si bien se puede enmarcar en una campaña con fines propagandísticos, su misión era -puntualmente- aumentar la productividad e instarlas a trabajar más duro, más horas, “supliendo” la fuerza física del hombre, por un menor salario.
A lo largo de la guerra el papel de las mujeres fue cambiando y su participación tuvo consecuencias dispares. Por un lado se abrió una puerta -aunque gracias a intereses coyunturales- para avanzar hacia un papel más activo e igualitario en la sociedad.
Una vez finalizado el conflicto y al estabilizarse la situación económica, las mujeres fueron incitadas a volver al ámbito doméstico o desempeñarse en tareas administrativas. Eso sí, de aquí en más no quedaría ninguna duda de la capacidad femenina para ocupar puestos típicamente masculinos ya sea en fábricas, artillerías, hospitales y hasta en el mismo servicio militar.
Si quieres saber más de esta historia y de la mujer que inspiró el diseño, ingresa a la nota de la BBC Quién era realmente «Rosie, la remachadora», la mujer del icónico cartel que se convirtió en un símbolo de la fortaleza femenina en Estados Unidos.
Situación de las mujeres en números: cifras para concientizar
- La participación de las mujeres en el ámbito de trabajo con respecto a la de los hombres continúa siendo desigual. En 2013, la relación entre hombres con empleo y población se ubicó en un 72%, mientras que esa relación entre las mujeres fue del 47%.
- Actualmente ganan entre el 60% y 75% del salario de los hombres.
- Las mujeres dedican entre 1 y 3 horas más que los hombres a las labores domésticas; entre 2 y 10 veces más de tiempo diario a la prestación de cuidados, y entre 1 y 4 horas diarias menos a actividades de mercado. En la Unión Europea por ejemplo, el 25% de las mujeres informa que las responsabilidades de cuidados y otras tareas de índole familiar y personal son la razón de su ausencia en la fuerza de trabajo, en comparación con el 3% de los hombres.
- Al combinar el trabajo remunerado y el no remunerado, las mujeres de los países en desarrollo trabajan más que los hombres, destinando menos tiempo a la educación, el ocio, la participación política y el cuidado propio.
- El origen étnico y el género interactúan para crear brechas salariales especialmente amplias en el caso de las mujeres pertenecientes a algún tipo de minoría. En 2013, en los Estados Unidos por ejemplo, “las mujeres de todos los grupos raciales y étnicos más numerosos ganan menos que los hombres del mismo grupo y además ganan menos que los hombres blancos”.
*Fuente: ONU Mujeres