El uso racional de la energía se ha convertido en una de las principales preocupaciones de nuestra época y nos involucra a todos. Para optimizar el consumo energético, reducir las emisiones de carbono, y frenar los impactos del cambio climático se requieren un conjunto de acciones que incluyen distintos ámbitos productivos y sus diferentes actores: desde empresas privadas, gobiernos locales, estados nacionales, organismos internacionales, hasta la ciudadanía en general.
“Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna” es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030 formulados por la ONU. Para conocer la situación actual, ingresa al enlace Informe de Progreso en materia de energía, donde se registran los avances respecto a cuatro variables: cocina no contaminante, eficiencia energética, energías renovables y cooperación internacional.
Entonces…¿Cómo lograr un mundo más eficiente energéticamente?
En esta tarea, apostar por el desarrollo de energía renovable, como la eólica, solar, geotérmica, biomasa e hidroeléctrica, ha demostrado ser una alternativa que puede ayudar a satisfacer la demanda mundial, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación.
Otro ámbito que contribuye a la eficiencia energética es el rubro de la construcción. La arquitectura sustentable busca minimizar el uso de energías convencionales potenciando las condiciones del entorno en el proceso de diseño. La ventilación de un edificio, la orientación, los materiales de construcción, la iluminación, la climatización, son factores que deben considerarse al momento de iniciar un proyecto. Una vivienda bioclimática comporta una gran oportunidad para la conservación de la energía. Entre sus ventajas también encontramos el ahorro en términos económicos; si bien se estima que la inversión inicial puede ser mayor, a largo plazo los costos de mantenimiento se reducen considerablemente.
Y ahora bien ¿cómo puedo contribuir al cambio? ¿acciones individuales impactan de alguna manera? ¡Claro que sí! Es mucho lo que puedes hacer y cada medida cuenta: utilizar las horas diurnas para las tareas que requieran iluminación, apagar las luces y los dispositivos eléctricos cuando no estén en uso, priorizar el transporte público o la bicicleta…¿se te ocurre alguna más? Te animamos a repensar tus hábitos cotidianos, modificar e incorporar nuevos, y avanzar hacia un modo de vida más sustentable.